Una vez que mueres, (proceso por el que todo ser humano debe pasar) existen dos opciones como destino final del cuerpo: inhumación y la cremación.
Hasta nuestros días la inhumación es la opción más viable por las familias mexicanas, me atrevería a decir que es una tradición, aunque no podemos decir lo mismo de la cremación. Es cierto que en los últimos años ha ganado partidarios, pero es un camino que aún falta mucho por recorrer, sobre todo en el sentido de concientización, ya que se ha creado el tabú, al menos por parte de los católicos, que “la cremación no es un acto permitido por Dios”.
En un tiempo la Iglesia prohibía la cremación, cuestión que hasta nuestros días ha sido abolida. En 1963, la Iglesia Católica levantó esta prohibición que impedía a los católicos optar por la cremación. El cánon 1176 del Código de Derecho Canónico de 1983 establece, “La Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos; sin embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina Cristiana.
La idea católica de que los seres humanos han sido creados a imagen y semejanza de Dios, se respeta, honrando los cuerpos de los difuntos y por consiguiente los lugares en donde estos descansan.
Desde los inicios del Cristianismo, la cremación se consideraba un rito pagano que se percibía como contrario a ésta y otras enseñanzas católicas. Hoy en día, la cremación sólo está prohibida según la Iglesia, si la persona que la elige lo está haciendo para negar la doctrina cristiana, especialmente “la resurrección de los muertos y la inmortalidad del alma”.
Lo que realmente ha sucedido es que se ha desvirtualizado la verdadera significancia del proceso de cremación, la ignorancia ha apresado la mentalidad de los individuos, el cuerpo finalmente será consumido de una forma o de otra.
Lo importante debe ser el respeto con que se realice el proceso de cremación, las cenizas deben ser almacenadas en un recipiente (urna) y posteriormente ser enterrados o en su caso muchos prefieren asignarle un lugar en casa para tener a sus familiares presentes o esparcirlas en un lugar determinado.
Según las investigaciones, la cremación es considerada cada vez una opción practicable, principalmente por dos razones, la primera de ellas es que resulta desagradable para los familiares del difunto la idea de una descomposición del cuerpo y la otra los costos que el proceso implica, costos que por supuesto disminuyen en comparación con una inhumación.
Realidades o mentiras sobre la forma de despedirnos de este mundo, algo queda claro, la muerte es la última etapa a la que sucumbe el ser humano y es elección de cada uno de nosotros decidir cuál será el destino final de nuestro cuerpo.
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