El duelo infantil es un proceso caracterizado por un conjunto de representaciones mentales (pensamientos), emociones y sentimientos (tristeza, miedo, enojo, desagrado, decepción, desilusión, culpa) y comportamientos (falta de voluntad, inhabilitación para reincorporarse a las actividades de la vida cotidiana, aislamiento, comportamientos defensivos) vinculados a una pérdida afectiva como lo son: pérdida por muerte o ausencia de los padres, muerte de los abuelitos, muerte de los animales de compañía, enfermedades, divorcio de los padres, cambio de escuela y pérdida de los amigos.
El Duelo Infantil implica el restablecimiento del sistema de comunicación del niño, esto es la forma que encuentra el pequeño para expresarse ya sea de forma verbal, corporal o comportamental; una reorganización tanto general como de las relaciones que conforman el sistema familiar (vínculos con figuras de apoyo), la redistribución de los roles (el lugar que cada uno ocupa dentro de la familia y la forma en cómo se repartirán las funciones de la persona que fallece) así como la adaptación a una nueva realidad en dónde el infante aprenderá a vivir sin su ser amado. Un proceso de Duelo en niños implica de forma puntual, observar la manifestación y/o patologización del Apego y el Trauma Psicológico que se pudo haber generado tras la perdida, sobre todo, dependiendo de las causas y circunstancias en las que ocurrió la muerte (homicidios, accidentes de tránsito, suicidios, abuso de sustancias, etc).
¿Cómo vive el Duelo el niño según su etapa del desarrollo?
Etapa | Características |
0 a 3 años | A esta edad, el niño aún no es capaz de comprender el significado de la muerte a un nivel racional; el niño experimenta el duelo como un período de separación y abandono que amenaza su seguridad y equilibrio afectivo. |
4 a 6 años | Concepción limitada del tiempo y de la muerte, pudiendo aparecer pensamientos de que la persona vuelve a la vida o creencias irracionales, tales como, que la muerte puede ser contagiosa. A nivel emocional y conductual, es común que el niño demuestre su necesidad de protección a través de una regresión (mojar la cama, pesadillas, miedo a la separación). |
7 a 10 años | Etapa en la que el niño suele tener adquirida la habilidad de comprender la muerte, aunque aún no está preparado para afrontarla o reaccionar racionalmente. Algunas de las respuestas que pueden aparecer a estas edades:
Negación; reacciones variadas entre negación e indiferencia. Idealización; insistencia en que el fallecido era perfecto, en este tipo de respuesta el niño se relaciona de forma imaginaria con la persona, incluso puede llegar a hablarle, jugar o escribirle. Culpabilidad; Es importante tener en cuenta que los niños con sentimientos de culpa pueden necesitar ayuda más especializada para superar la situación. |
11 a 13 años | En esta etapa de desarrollo las preocupaciones del niño se relacionan con la forma y grado en que la pérdida afecta a la vida cotidiana, el impacto que genera la pérdida y el sufrimiento de las personas que le rodean. A esta edad, resulta relevante explicarles que la muerte es una parte de la vida y que lo habitual es que sea dolorosa, aunque debemos ayudarles a percibir que es posible seguir adelante. |
¿Cómo podemos ayudar a que el niño elabore su proceso de Duelo?
Es importante comprender que frente al duelo infantil podemos tener muchas creencias erróneas y eso puede generar que subestimemos la capacidad que tienen los más pequeños para afrontar el dolor. La inocencia es una de las áreas de mayor fortaleza en el niño y puede ayudar a sanar un corazón herido; los rituales tanatológicos infantiles son pieza fundamental en la elaboración, construcción y asimilación del duelo, sobre todo por el contenido simbólico que podemos imprimir en los elementos que se ocupan, por ejemplo:
Elemento | Simbolismo | Objetivo |
Globos, Cartas, Dibujos | Satisface la necesidad de comunicación en el niño, el querer entregar un mensaje hecho especialmente por el infante y decorado con su creatividad. Fortalece los lazos familiares ya que se hace en grupo y favorece la inclusión del niño en el duelo familiar. | Liberar al niño de culpas, favorecer el desahogo emocional y atenuar la forma en como procesa la pérdida el infante. |
Mariposas, Palomas | Busca desplazar los recuerdos dolorosos en el niño por recuerdos de despedida mas amables visualmente para ellos. Estos se convierten en aprendizajes significativos y la otorgan la sensación al pequeño de que fue parte del ritual. | Generar en el niño que integre el concepto de duelo y de muerte desde la vida de otro ser vivo, entendido como liberación espiritual. |
Figuras de Origami | El simbolismo de las figuras de origami es la materialización del recuerdo a través de la dedicatoria en papel. | Desarrollar en el niño la capacidad de ocupar el arte como medio para materializar las emociones y ofrendarlas al recuerdo del ser amado. |
Estrellas | En tanatología y espiritualidad mucho se habla de encontrar la luz interior y dar un nuevo significado al recuerdo de nuestro ser amado; y ponerle el nombre del familiar fallecido a una de estas luminarias puede ser una bella manera de inmortalizar su recuerdo de una forma luminosa. | Crear anclajes psicoemocionales y espirituales que favorezcan y atenúen las manifestaciones del duelo en el niño a través de la imaginación y la espontaneidad. |
Trabajar el duelo en los niños, es también trabajar con nuestro niño interior y la empatía con las necesidades afectivas de este, es a su vez una construcción de un escenario que sea muy simbólico y que ayude a entender la muerte, pero desde los simbolismos mágicos de la propia vida. A todos estos esfuerzos no solo se les llama ritualización, sino que también se le conoce como tanato-educación, ya que a futuro modificará, para bien, la forma en como procesan los mas pequeños las pérdidas.
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