La muerte no hace distinciones de clases y niveles sociales; sin embargo para quienes son de escasos recursos económicos y además no hicieron ninguna previsión acerca de lo que implica hacerse cargo de los gastos del funeral e inhumación de un ser querido que muere, a la pena del duelo, se agrega la angustia de no tener con que cubrir los costos del mismo.
Y es que de acuerdo a los estudios de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y de otros investigadores del tema, un servicio funerario básico o modesto, contratado en empresas particulares puede ir de 11 mil a más de 40 mil pesos.
Por otra parte los servicios de velación que ofrecen instituciones de seguridad social como el ISSSTE (desde 1967) o el IMSS (desde 1974) tienen un costo que considerando los diversos servicios como embalsamado, uso de capilla, y transporte, alcanza un promedio de $7,500.00 pesos, sin incluir los costos del cementerio en el caso de que sea privado y no municipal. Desafortunadamente estos servicios funerarios no tienen una cobertura nacional y solo benefician a algunas ciudades del país.
Cuando los deudos de escasos recursos buscan servicios lo más barato posible, se exponen a ser engañados (publicidad engañosa) o francamente estafados por empresas funerarias que no están formalmente constituidas y que evaden el control y la supervisión de las autoridades competentes del ramo. De esta manera ofertas de servicios funerarios resultan más caras cuando se descubren en el mismo proceso del funeral que se acumulan problemas (falta de embalsamamiento, de trámites ante las autoridades) y costos no advertidos. En otros casos, los familiares presionados por el apremio de contar con efectivo, firman contratos que al mediano plazo los hunden más en la penuria económica.
Por lo anterior, ante la situación de no contar con recursos económicos y no tener el respaldo de un plan de previsión, queda la opción de los servicios de funerarias o velatorios que ofrece el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en la mayoría de estados y ciudades del país. Se trata de empresas gubernamentales con la visión de dar Asistencia Social a personas y familias en situación de vulnerabilidad.
Así por ejemplo, en el Estado de México el DIFEM, ofrece programas para funerales de bajo costo, que incluyen: venta de ataúdes, capilla de velatorio, capilla a domicilio, carroza, cremación, apoyo para la liberación y traslado de cuerpos, apoyo para trámites en hospitales, oficinas del registro civil y panteones.
“Este programa representa una expresión sensible hacia las familias vulnerables que viven esta situación. Queremos que sepan que no están solas, en el DIFEM tienen una mano amiga para hacer frente a la preocupación económica, mediante servicios funerarios económicos” -Nelly Romero Patrón, Responsable de DIFEM
Considerando todos los servicios que puede requerir atender un funeral, el costo promedio es de 3500 pesos, más el pago de traslado que tiene un valor de 24 pesos por kilómetro.
En otros estados, como Tamaulipas los servicios de los velatorios del DIF, considerando cada caso en particular, pueden ser totalmente gratuitos.
De todo lo anterior podemos concluir que ante la falta de recursos económicos y de la no previsión de los gastos funerarios que conlleva la muerte de un ser querido, debemos de buscar la asesoría y el apoyo de las instituciones sociales y públicas que cuentan con programas serios y sensibles para funerales de bajo costo, como los del DIF. Claro acreditando correctamente que se pertenece a un grupo vulnerable.
Pero si Ud. no es una persona de un grupo vulnerable, no hay duda de que la mejor opción es el contratar un plan de previsión funeraria. Existen diversos esquemas para todos los bolsillos. Seguramente encontrara alguno que se adecue a sus condiciones y expectativas. Solo es cuestión de informarse, elegir y tomar una decisión que será trascendental para la seguridad emocional y económica de su familia.
Ante este panorama y la responsabilidad moral que tenemos de ofrecer un servicio digno a todos los niveles socioeconómicos, todo funerario se debe preguntar. ¿Estoy excluyendo algún segmento de mi mercado?, ¿Por qué?.
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