Por mucho tiempo, la identificación humana ha sido de relevancia investigativa y de importancia en las Ciencias Forenses, debido a que se pueden obtener muchos más datos que puedan agotar todas las líneas de investigación en un suceso delictivo. Cuando un cuerpo sin vida llega a SEMEFO (Sector Médico Forense) o INCIFO (Instituto de Ciencias Forenses en la Ciudad de México), es necesario tratar de darle una identidad para así ser reclamado por sus familiares en un momento dado.
Una de las técnicas de identificación es la Necrodactilia, que es la toma de las impresiones papilares (ya sea totales o parciales) de los cadáveres de los dedos de las manos, específicamente de las falangetas o falanges distales, convirtiéndose así en una de las labores más importante durante la inspección de un cadáver para la identificación del mismo.
La Dactiloscopía se ha tomado en cuenta como método fiable de identificación, pues no se ha tenido registro hasta ahora de que una huella dactilar sea idéntica a otra en el mundo, por lo que se puede incurrir en un estudio individualizador y de importancia no sólo forense, sino civil también.
Un punto importante es la presencia de fenómenos cadavéricos en el cuerpo, en donde muchas ocasiones suele suceder de que el cadáver se encuentra en una condición deplorable o en avanzado estado de putrefacción, por lo que se imposibilita la toma de huellas. Muchas veces el fenómeno cadavérico puede ser distinto, tal como un tardío conservador, donde la piel se puede tornar seca y modificando la superficie de contacto, siendo necesario desarrugarla, en el que se pueden incurrir en distintos mecanismos o “hacks forenses” para poder obtener una huella dactilar impresa de manera exitosa en la ficha decadactilar.
Uno de ellos puede ser la inyección de agua, glicerina o incluso vaselina líquida desde la falangina (segunda falange de los dedos), principalmente con una aguja hipodérmica, para proceder a entintar y luego imprimir los dactilogramas.
Uno más impresionante aún, que cuando se encuentra en un proceso de putrefacción avanzado tardío destructor, cuando el cuerpo comienza a tener desprendimiento del aparato tegumentario (piel), más específicamente en la etapa enfisematosa, existe un mecanismo bastante interesante como lo es el “guante dérmico”.
Esta técnica consiste en desprender la piel del cadáver de toda la zona de la región anatómica de la mano (véase en las imágenes), aunque no se limita a realizarlo únicamente en alguna falange distal o falangeta, para obtener una huella dactilar superponiendo la piel con un guante.
Para un mejor entendimiento de la aplicación del guante dérmico, siempre se buscará la mejor técnica de superposición de piel, ya que muchas veces la mano del cadáver puede ser de menor o mayor tamaño que del que toma las impresiones. Posteriormente a eso, se entinta y se plasmas las huellas dactilares en la ficha decadactilar, obteniendo registro para posterior cotejo y posible identificación.
Así de maravilloso es el mundo de las Ciencias Forenses.