El 11 de marzo del 2020, La organización Mundial de la Salud “OMS”, declaro la existencia del (SARS-CoV-2), COVID-19, en ese momento mencionó que para el caso de que se propagará el virus en su comunidad, se adoptarían medidas de precaución y seguridad aparentemente muy sencillas tales como: mantener el distanciamiento físico, llevar mascarilla, ventilar bien las habitaciones, evitar las aglomeraciones, lavarse las manos, al toser, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo, además se comunicó que se deberían atender las recomendaciones de los gobiernos locales de cada Estado.
El pueblo de México sufrió un cambio muy drástico, lo envolvió una especie de psicosis que hizo que la vida se convirtiera en una pesadilla y las familias fueron envueltas en un alto porcentaje con problemas de salud mental y de violencia familiar.
No obstante, las funerarias en el país se vieron movilizados ante un fenómeno de mortandad al cual no estaban preparados, improvisando protocolos de seguridad que día a día cambiaban por parte de las autoridades de Salud; fue un gran reto, teniendo también un fuerte impacto de inseguridad social, de salud y económico, esto, en razón del equipamiento y productos químicos, que se utilizarían para atender esta modalidad de servicios funerarios, pero sobre todo, al comportamiento y empatía que debería proporcionarse a las familias en duelo por este grave problema al fallecimiento de sus seres queridos de forma inesperada.
La despedida después de la muerte, una vez más otro dolor para las familias en el cambio en los rituales funerarios. Las ceremonias de homenaje a la ultima morada se vio totalmente truncada debido a los protocolos de seguridad emitidos por las autoridades de salud en los Estados; por ello, las empresas funerarias tuvieron que readaptarse en la modalidad de sus servicios para cubrir las expectativas de las familias de la mejor forma posible en honrar la ultima morada de sus seres queridos.
El trabajo en línea que se estableció en muchas empresas funerarias ha sido una alternativa un tanto impersonal sin embargo permitió que las familias pudieran sentirse acompañadas.
La experiencia en los servicios funerarios para atender la modalidad COVID-19, permite contar con mayor profesionalismo en las empresas funerarias; ya que la oportunidad de esta pandemia dio como resultado mejores cuidados por parte del personal administrativo, técnico y operativo. Por la implementación de diversas acciones de certeza tales como: guías rápidas de trabajo, desinfecciones patógenas en las áreas y equipamiento especifico y personal para los trabajadores.
Hoy por hoy y aunado a lo anterior, se crean alternativas y se han ido reinventando formas de celebrar rituales fúnebres que ofrezcan, empatía, tranquilidad y seguridad a los familiares, amigos y parientes, apoyando a superar el momento crítico, reduciendo el dolor y el luto complicado por el que atraviesan las familias.
En conclusión, el cambio en las practicas de los servicios funerarios llegaron para quedarse y esto permitirá ser cada día mejores prestadores de servicios, que proporcionen en todo momento contención emocional y seguridad en los servicios que se proporcionan por las empresas funerarias. No bajemos la guardia y continuemos trabajando con un gran sentido de responsabilidad, para mejorar cada día porque somos parte de una gran familia Neo funeraria y podamos invitar a decir, “Tú me cuidas yo te cuido”.