Conocer los factores de riesgo a los que están expuestos los tanatopractores y embalsamadores es de gran importancia, como punto de partida, para analizar las condiciones y situaciones actuales de riesgo relacionadas con la actividad funeraria, como en la conservación de cadáveres.
La salud ocupacional tiene como propósito principal mantener el bienestar físico y psicológico del trabajador, propendiendo hacia la protección de su dignidad humana, conservando la vida y salud de quienes ofrecen un servicio, así como su capacidad óptima de trabajo.
En este orden de ideas, el ejercicio de la tanatopraxia como un elemento de la tanatología, que tiene como objetivo la práctica de acondicionar y conservar un cadáver con las debidas garantías sanitarias, presenta, en el objeto de nuestra investigación, un sinnúmero de factores de riesgo a los que están expuestos el personal que realiza este proceso, los cuales están enmarcados en riesgos químico, locativo, ergonómico, biológico, psico-laboral y eléctrico, los cuales deben tratarse de manera adecuada para evitar accidentes que provoquen incapacidades temporales, permanentes o incluso la muerte.
A nivel internacional, la preocupación por la conservación de los cuerpos humanos ha sido constante. En algunas ciudades, se han realizado diagnósticos sobre la aplicación de las normas en laboratorios de tanatopraxia y en el manejo de los residuos peligrosos, así como en áreas tanatoprácticas sobre la reglamentación vigente, incluidas las normas de bioseguridad, como el manejo de sustancias químicas y biológicas.
Por lo anterior, un primer paso muy importante es hacer este estudio de los factores de riesgo, ya que los embalsamadores están expuestos a enfermedades o lesiones de origen ocupacional por el posible contacto con fluidos corporales, contacto indirecto con el formol, accidentes por el uso de elementos corto- punzantes, manejo de cargas al levantar el cadáver, entre otros. Esto vuelve indispensable realizar esta aproximación al estudio de los factores de riesgo en el proceso de la tanatopraxia como punto de partida para analizar las condiciones actuales en esta área, y otorgar propuestas enmarcadas en la realidad, tendientes a disminuir la problemática de riesgo, desde el ámbito de prevención de accidentes y riesgos profesionales.
Actividades del servicio funerario.
Los servicios básicos de interés ambiental que se prestan en el sector funerario son:
- Traslado del cuerpo a la funeraria.
- Preparación.
- Velación.
- Destino final (Inhumación, exhumación, conservación o cremación).
Riesgos existentes en el laboratorio de tanatopraxia.
Dentro del sector funerario se consideran las siguientes clasificaciones como posibles riesgos causales de accidentes de trabajo o enfermedad profesional:
Riesgo químico. Es la exposición a las sustancias que se manejan cuando se trabaja directamente en la preparación de cadáveres. Se utilizan principalmente las siguientes sustancias químicas:
- Formol o derivados de este: Para retrasar la descomposición y como germicida: es principalmente tóxico cuando ocurre:
Ingestión: Provoca irritación y dolor severo en los labios, garganta, esófago y tracto gastro-intestinal. Posteriormente y si no se trata, desvanecimiento, depresión y coma.
Inhalación: Causa irritación severa de nariz, garganta y vías aéreas. Según la concentración, puede presentarse hormigueo en la nariz y la garganta o dificultad para respirar; también puede haber sensación de quemaduras severas en la nariz, garganta y vías aéreas, produciendo tos; en algunos casos, ocurre un edema pulmonar.
Contacto con la piel: Crea irritación primaria, resultando en hormigueo, piel reseca y enrojecimiento. Riesgo de absorción. Sensibilización.
Contacto con los ojos: Según su concentración en el ambiente, el vapor puede causar comezón, lagrimeo leve, lagrimeo profuso e intolerable. La solución puede causar irritación severa y otros daños.
Esta sustancia química es potencialmente carcinogénica; por seguridad, esta sustancia debe almacenarse en sitios ventilados para evitar la formación de vapores y evitar su vertimiento o derrame.
- Hipoclorito de sodio: también conocido como cloro – blanqueador, es un compuesto químico oxidante, además se aprovechan sus propiedades desinfectantes; este producto es perjudicial para la salud causando irritación ocular y nasal.
Riesgo biológico. Son los riesgos generados por la realización de actividades propias de las labores de: transporte, manipulación, preparación de cadáveres, o bien, por labores de aseo y manejo de residuos peligrosos infecciosos. Estos factores de riesgo pueden traer como consecuencia al empleado el padecimiento de enfermedades infecciosas como Hepatitis B, Tétanos, Tuberculosis, Meningitis e incluso SIDA.
Los microorganismos producidos por virus, bacterias y parásitos pueden hallarse en mesas, instrumental, elementos de protección personal o incluso en el mismo cadáver; pueden también ser transmitidos por moscas, zancudos, cucarachas o roedores.
Riesgo físico. Son todos aquellos factores de naturaleza física que pueden provocar efectos adversos en la salud según sea la intensidad, exposición y concentración de los mismos. En esta categoría estarían todas las lesiones producidas por golpes, caídas o fatiga, ya sea por el desgaste físico propio de las actividades en el ejercicio de la tanatopraxia, o por la negligencia al no verificar el estado óptimo del equipo de trabajo. Como ejemplo, podemos mencionar:
- Iluminación deficiente (lámparas en mal estado), que puede generar cefalea, cansancio visual o estrés.
- Mala ventilación o contar con un ventilador ruidoso, produciendo cefalea, molestias auditivas, cansancio, estrés.
Conocer los diferentes tipos de riesgos que enfrentan los embalsamadores y tanatopractores ayudará a poder crear mejores planes de contingencia y prevención. Así, se podrán identificar posibles situaciones de riesgo, incluso las más imperceptibles, con el tiempo suficiente para tomar cartas en el asunto, atendiéndolo de manera oportuna, concreta y pertinente. Al final, el ambiente laboral será mejor y la eficiencia en el trabajo crecerá.
