¿Cuánto debe durar un horno crematorio?
Es una pregunta recurrente que surge tanto de quien tiene uno, como quien aún no lo adquiere. Un horno con una fabricación de calidad puede llegar a operar durante varias décadas. Conozco hornos de 40 años que siguen dando servicio como si fuesen nuevos. Al mismo tiempo, existen otros que al año o antes se han ido directo a la basura.
¿Cuál es la diferencia entre uno y otro?
Pueden ser varias, desde la selección adecuada, lo cual hoy no lo vamos a tratar, hasta el debido mantenimiento preventivo y correctivo, pasando por una buena operación.
Debemos tener en consideración que ninguna máquina, aparato, vehículo, etcétera, son eternos, aunque si podemos sacarles un gran provecho durante mucho tiempo, pero debe haber un mantenimiento constante y uso adecuado. Así mismo al adquirirlo, debemos saber que deberá existir un presupuesto para atenderlos y tenerlos en perfectas condiciones.
Un auto cuando es nuevo lo llevamos a sus servicios de agencia, si es usado lo llevaremos a la agencia o con cualquier otro servicio mecánico si queremos prevenir fallas y no nos deje tirado.
De igual modo, nuestro horno requiere ese servicio preventivo para evitar eventos o paros no programados en la operación, los cuales le generan grandes contratiempos a los compañeros que poseen y operan un horno, desde cancelar sin previo aviso algunos servicios y hasta perder clientes.
Muchas veces ese mantenimiento debería ser realizado por el propio operador del horno, claro está, con la debida capacitación previa para que tenga el conocimiento adecuado. Esto sería lo óptimo por que no genera un gasto extra al propietario, pero si hay que ser cuidadosos de brindarle las armas suficientes, herramientas y conocimiento, o incluso, certificarlo debidamente con alguna empresa que se dedique a ello. También se puede acudir directamente a estas empresas que prestan el servicio externo.
La mayor parte de las fallas que son más comunes se presentan en la operación eléctrica, razón por la cual siempre se deberá tener a la mano junto con el instructivo y manual de operación, un diagrama eléctrico el cual deberá estar todo el tiempo en el tablero de control del horno así como otra copia guardada en el archivo del propietario.
Desafortunadamente muchas veces no reparamos esto y en la experiencia propia nos damos cuenta qué estos diagramas e instructivos desaparecen por arte de magia cuando acude algún técnico sin escrúpulos, pensando que sin ellos les costará más trabajo atender una falla y recurrir eternamente a ellos. Haré énfasis en que el polvo, tierra o ceniza, es el mayor enemigo de los sistemas eléctricos, por lo que la persona que preste el mantenimiento o el mismo operador debe mantenerlo libre de estos.
El mantenimiento y cuidados de la cámara de combustión (es el hogar interior fabricado con material refractario) depende mucho del tipo de operación a que este sometido. Es necesario e imperioso auxiliarnos de herramientas y maquinas que nos ayuden a realizar este trabajo de una forma más sencilla y a la vez proteger el refractario, tales como mesas de carga para introducir el cadáver y cepillos de alambre de acero adecuados, los cuales, ambos, evitarán la abrasión desmedida y le darán más tiempo de vida.
En tiempos de pandemia hemos encontrado que hay compañeros que ingresan más de un cuerpo a la vez en sus hornos. Por supuesto, que esto es información confidencial y que por ética no revelaremos, pero si es importante señalar que aparte de las consecuencias legales y morales que emanen de esta práctica existe la consecuencia en el deterioro temprano de sus equipos. Con este tipo de operación lo que se logra es sobrecalentar la cámara de combustión y darle menor tiempo de vida, debiendo realizar la reparación integral de la misma antes de lo previsto.