La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año en el mundo se presentan alrededor de 1,000 millones de casos de influenza estacional, entre 3 y 5 millones de casos son severos y de 300 a 500 mil terminan en defunción.
La influenza y su agente causal
La influenza es una enfermedad de las vías respiratorias causada por un virus del que se han identificado tres tipos, el A, B y C, cada uno identificados por antígenos específicos. Existen además diversos subtipos. Los virus de influenza tipo A se clasifican en subtipos de acuerdo con dos antígenos superficiales: hemaglutininas (H) y neuraminidasas (N).
La cepa AH1N1 que originó la pandemia de 2009 causó en México 54 mil casos, y 398 decesos (tasa de letalidad de 0.73%). Según la CEPAL, provocó en ese año al país, pérdidas económicas por 57 mil millones de pesos (0.7% del P.I.B). Esta misma cepa (AN1N1), en los dos primeros meses de 2014 ha registrado 3,275 casos y 410 defunciones. Al respecto, la Secretaría de Salud ha caracterizado a esta epidemia de influenza como estacional.
Infecta no solo a los humanos
Existen virus de influenza que afectan a otras especies como las aves y los cerdos. El tipo A, se identificó en epidemias de influenza porcina. Se ha documentado la trasmisión de cepas de animales a humanos y vicever- sa (A H1N2 y virus influenza C, por ejemplo). Aunque las personas pueden desarrollar resistencia e inmunidad, ya sea natural o por vacunas. El virus tiene una gran capacidad para mutar, lo que repercute en grandes e inesperadas epidemias, que pueden alcanzar nivel de pandemias.
Historia de las epidemias de influenza
Aunque hay textos griegos que desde hace 2400 años describen el cuadro clínico de la influenza, es a partir del siglo XVI en la época en que se inició el contacto y la expansión de los países europeos hacia otros con- tinentes, que empezaron a presentarse las primeras grandes epidemias de esta enfermedad. Posterior- mente en los siglos XVII y XVIII al entrar Europa en su fase colonialista hubo ya descripciones detalladas de estas epidemias, como la de 1850. Se estima que en estos dos siglos una cuarta parte de la población en el mundo falleció por esta causa, provocando el caos so- cial por la grave afectación de la economía y de todos los rubros de la vida comunitaria.
Luego en la pandemia de 1918, la más extensa y grave de la historia actual, se estima murieron de 50 a 100 millones de personas en todo el mundo. México también fue afectado, causando tan grande mortalidad que se despoblaron numerosas localidades.
Más recientemente se registraron otras epidemias como las de 1957, 1968 y la ya mencionada de 2009, en la que nuestro país fue un protagonista principal por las medidas que bajo la asesoría de la Organización Mundial de la Salud, se instauraron para controlarla.
(Fragmento del artículo que se publica en NOVUS FUNERARIO Nº6, ya en circulación)