Las empresas funerarias son el último eslabón de la cadena que busca frenar la pandemia por el virus SARS-CoV-2 (COVID-19), «todas las personas dedicadas al ámbito funerario ya sean pequeñas, medianas o grandes empresas”, podemos tener un solo lenguaje, que el número de fallecidos ha aumentado en esta segunda etapa del COVID-19, mismo que repunto con más fuerza, por el descuido y la confianza de que todo había aminorado. Sin embargo, no fue así; la preocupación y ocupación del personal para atender las personas fallecidas por este devastador virus, ha sido totalmente desgastante desde el punto de vista dobles turnos laborales, cansancio y sobre todo la parte emocional; ya que el trabajo aumento en muchas funerarias hasta un 400% de las labores normales y cotidianas.
La verificación por parte de las funerarias tiempo atrás permitía tener perfectamente controlado los meses en que se aumentaba el número de servicios de acuerdo con las temporadas, ya fueran climáticas o de vacaciones. Hoy, la preocupación y hasta el miedo ha invadido al personal, contagiarse y tener que ponerse en cuarentena, originaria de un gran problema para inhumar o incinerar a los fallecidos, se recomienda extremar prudencia con los cuerpos; Aun cuando no hay certeza sólida hasta la fecha del riesgo de infección a partir de cadáveres de personas fallecidas por el Covid-19, de acuerdo a lo observado los cuerpos inertes suponen un riesgo de infección», por ello es necesario inmediatamente activar el protocolo que se tiene establecido por las autoridades sanitarias y por la propia empresa.
El número de víctimas aumenta de acuerdo con los certificados de defunción emitidos por las instituciones de salud y las clínicas autorizadas para la elaboración y llenado de estos documentos, en los cuales da a conocer la causa de la muerte.
El personal de las funerarias hoy en día debe estar muy alerta y tomar sus propias precauciones cada vez que llega un certificado por casos sospechosos por muertes a causa de neumonías o enfermedades respiratorias por infecciones que desenlazaron en el deceso, conste o no por el virus Covid-19, el personal ya mira con lupa cualquier cadáver, toda vez que la experiencia cada día es mas aguda para reconocer en que momento puede ser de mayor cuidado el manejo del cuerpo; ya que también se han familiarizado con los tipos de medicamentos que se manejaron y los dictámenes médicos emitidos antes de la defunción, pudiendo ser esto una clave para determinar riesgo y la activación del protocolo a seguir.
La preocupación de las empresas funerarias actualmente va más allá de solo el cuidado del personal, ya que también nos ocupa la preservación de sus familias, con la finalidad de impedir la generación de nuevos focos de contagio, a través del personal que se dedica al sector funerario.
El protocolo recomienda «No realizar embalsamamiento a los cadáveres, bajo ningún motivo o circunstancia y mucho menos ponerse en riesgo por que sean familiares o por unos pesos más.
Las funerarias actúan con base al certificado de defunción que emiten los médicos, ya que estos son los que conocen el motivo del fallecimiento, y confiamos en su profesionalismo; desafortunadamente esto también esta siendo un tema muy delicado por la falta de honestidad en las familias al proporcionar datos a médicos certificantes y de nueva cuenta el riesgo para el personal de las funerarias.
Las empresas dedicadas a este rubro deben estar seguras, que aplicar medidas de seguridad e higiene de salud como un refuerzo en limpieza personal, de equipamiento vehicular, de instalaciones, desinfecciones continuas de todas las áreas de trabajo, aunque no sean de coronavirus, distancia de seguridad en el mostrador de recepción, asistencia telefónica, dará certeza y tranquilidad de todos los colaboradores ya sean administrativos u operativos. También es importante que al llegar el día de descanso, los trabajadores deban pasar por un chequeo rápido de las condiciones físicas en ese momento.
Por todo lo anterior, es necesario considerar que la seguridad de los trabajadores y de las instalaciones paso de ser un gasto a una inversión y esta debe ser manejada de forma integral para el personal. No solo cuidar de su salud física sino también la emocional, ya que el estrés y cansancio al que estamos sometidos como prestadores de servicios funerarios es intenso y deteriora las defensas humanas, siendo susceptible al contagio. En la medida de lo posible acercar y obtener recomendación por un profesional de la salud, sobre la forma de administrar vitaminas y minerales para fortalecer las largas jornadas de trabajo; y si alguien de los colaboradores necesita apoyo emocional también permitir un momento de liberación a esa necesidad personal. Muy cierto decir, “Te cuidas Tú y nos cuidas a Todos” …porque somos una gran Familia Funeraria.