Hoy en día, uno de los temas más desafiantes de afrontar es comprender qué somos y para qué estamos aquí los seres humanos. La realidad es que darle un significado a la existencia del ser humano requiere algo fundamental: vivir.
A medida que transitamos la vida y acumulamos historias y experiencias junto a otros, construimos vínculos que, con el tiempo, ayudan a cultivar y mantener relaciones que quedarán enmarcadas en el legado y la huella que dejemos cuando llegue el momento de decir adiós.
Por lo tanto, una pregunta indispensable al tratar de comprender nuestro rol en este plano terrenal y material sería intentar darle sentido a lo siguiente:
¿Qué somos los seres humanos?
Una de las preguntas más difíciles de responder, quizás porque tiene muchos matices y facetas que, con el paso del tiempo, descubrimos a través de diversos factores, tales como:
- Una nueva oportunidad: Cuando la vida nos presenta una situación de crecimiento en cualquier ámbito de nuestro paso por este mundo efímero, especialmente cuando nos vemos en la necesidad de despedirnos de algo o de alguien que nos ha enseñado a percibir la vida de una manera distinta.
- Una pérdida: La partida eterna de un ser querido que ha dejado una huella imborrable en nuestra vida. Su ausencia física no borra la infinidad de historias compartidas, aquellas que mantendrán vivo su recuerdo en nuestra mente y corazón.
- Un nuevo comienzo: Iniciar un proceso de sanación tras una situación dolorosa nos permite descubrir la grandeza que reside en nuestro interior y continuar el viaje de la hermosa aventura que es vivir. Aprender a soltar puede resultar liberador y nos permite dar vuelta a la página, escribiendo nuevos pasajes llenos de alegrías y momentos inolvidables. A pesar de la ausencia física de aquellos que se han ido, su presencia se manifiesta de diversas maneras en la vida de quienes honran su legado.
Aun cuando atravesamos momentos de duelo y complejidad, el hecho de que continuemos aquí significa que aún tenemos mucho por aprender, enseñar y compartir en cada paso de nuestro sendero.
Ante esto, una posible respuesta a la pregunta ¿Qué somos los seres humanos? podría ser la siguiente:
Somos absolutamente todo, desde aquello que llena nuestro corazón hasta las más grandes tristezas, desde lo más bello hasta lo que no lo es tanto.
Somos todo aquello que no nos hemos permitido conocer sobre nosotros mismos. Somos tiempo, espacio, consuelo, consejo y escucha.
Somos ilusiones, fantasías, deseos y anhelos. Somos la fuente de grandes obras, historias por contar, viajes por realizar, lugares por descubrir.
Somos todo lo que nuestra mente e imaginación nos permite crear con tan solo darnos la oportunidad de sentir.
Somos todas aquellas emociones y sentimientos de libertad por querer ser, hacer y crear algo distinto a lo establecido.
Somos el sueño lleno de felicidad de aquellos que compartieron la idea de construir una historia llena de aventuras juntos.
Somos el desafío de existir sin miedo.
Somos aquella voz que busca, quizás por primera vez, ser escuchada y fomentar el cambio necesario para marcar una diferencia.
Somos leyendas que el mundo espera relatar sobre nosotros, tal vez desde otra perspectiva, sirviendo de inspiración para aquello que mueve nuestro espíritu.
Que nuestra tarea para el futuro sea cuestionarnos no solo el por qué de las cosas, sino también el cómo y el para qué de todo lo que nos rodea.
Solo así nos daremos cuenta de que estamos vivos, que no somos eternos, pero que podemos permanecer en la memoria de aquellos a quienes alguna vez amamos y que nos correspondieron con su amor.
Al entregar todo lo que nos apasiona con amor, dedicación y determinación, encontraremos la llave de la felicidad.
Pues esta llega para quien se da una nueva oportunidad en el noble arte de simplemente ser.
Perdamos el miedo a experimentar lo nuevo y lo bello. Tal vez la oportunidad que hemos estado buscando ha estado frente a nosotros todo este tiempo, pero no la hemos sabido apreciar por factores que escapan de nuestro control.
La vida, ciertamente, rara vez ofrece segundas oportunidades. Aprovecha y vive tu momento.
No nos convirtamos en presas de sueños inconclusos por falta de determinación, pues quizás mañana sea demasiado tarde.
Permítete equivocarte y experimentar para aprender y conocer tus propios límites. Solo así te darás cuenta de que los límites no existen. Vive con la esperanza de ser constante y con la tenacidad de ver materializados tus sueños. Pero, sobre todo, vive cumpliendo tus propias expectativas y no las de quienes consideran valioso algo distinto para ti.
Hasta que no nos atrevamos a salir y vivir en el mundo real, no descubriremos la grandeza que está por despertar en nuestro interior. Solo entonces podremos comprender todo lo que somos los seres humanos.
Porque…
#SíSePuede
guillermojoseguz@gmail.com