Todos nacemos de un hombre y una mujer, un papá y una mamá biológicos.¿Cómo es tu relación con padre? Porque independientemente de que esté presente o no, es papá y si no estuvo, también es papá o existe alguien que lo representa.
Los seres humanos somos producto del entorno familiar, si el bisabuelo fue un hombre duro, seguramente el abuelo y papá también lo son, por tanto entrar a juzgar si ha sido un papá bueno o no depende de nuestra percepción y de la capacidad de aceptar, que cada quien obra de acuerdo a lo que recibió.
Ahora que lo recordamos, le ofrecemos homenaje, le celebramos, seguramente algunas emociones incómodas también se hacen presentes, sin embargo, aprovechemos el momento para tomar a papá…como es…como fue; honrar a papá y aceptarlo, pasar de ser el niño que pide, a ser el adulto que comprende. Es Papá quien nos lanza al mundo para que logremos una vida dé resultados óptimos, y si no se cumplieron tus expectativas, seguramente puedes llegar a repetir eso que no te gustaba, y debes romper con cadenas, pero siempre agradecer a la vida, por él.
Papá ocupa un lugar diferente al de mamá, es la autoridad, la firmeza, la decisión, el amparo…Tomemos y aceptemos de papá todo lo bueno que tenemos, tomemos de él la fuerza para tomar decisiones, lograr trazarnos objetivos y alcanzarlos, llenarnos de la capacidad de sentirnos cómodos con nosotros mismos.
El cerebro de los hombres en su biología son diferentes al de la mujer, por tanto, esperar que lleguen a casa a contar todo lo que hicieron en el día, que digan con claridad qué necesitan y que expresen siempre sus emociones, resulta complicado pero claro cada persona es distinta.
Y si usted ahora siente que debe “sanar a papá” viene bien la oportunidad, una invitación entonces a que contacte con sus emociones, las valide, utilice algún medio para expresar lo que siente respecto a ese papá a quien le está reclamando porque en verdad le hace falta nutrirse de él.
Así las cosas, papá o quien lo represente se ha comunicado y nos ha escuchado, nos ha compartido su tiempo, hemos recibido de su afecto, de su ejemplo, nos ha impuesto límites, se ha sentido orgulloso de nuestros logros, se ha preocupado por nuestra visión del mundo y proyecto de vida, seguramente no ha sido perfecto pero por siempre será papá.
«No importa quién fue mi padre. Lo importante es quién recuerdo yo quién fue» (Anne Sexton)