La muerte es un acontecimiento inevitable y lamentablemente nadie está preparado emocionalmente para enfrentar una situación así, o incluso el fallecimiento de un familiar. Los invito a reflexionar lo siguiente: ¿Sí no estamos preparados emocionalmente lo estaremos económicamente?.
Deberíamos estarlo, pero la mayoría de las veces no es así, desafortunadamente además del proceso doloroso de pérdida del familiar, debemos afrontar el gasto económico que esto origina.
El Gabinete de Comunicación en México publicó en el 2014 los resultados de una encuesta que realizo: donde el 76.3% de los mexicanos consideró que los servicios funerarios son costosos; 9.1 por ciento dijeron que eran baratos, y 4.5 por ciento respondieron que la muerte no es ni cara ni barata; un 10.1 no contestó a la pregunta.
El costo de un servicio funerario depende de muchos factores, el ataúd, sala de de velación, los tramites, preparación de cuerpo, traslado, inhumación, cremación, etc. El Universal D.F estipula que los precios de un servicio funerario oscilan entre los 5 mil pesos hasta los 48 mil pesos.
Una empresa funeraria como Grupo Gayosso considerada una de las 10 mejores de América Latina ofrece un servicio de inhumación básico con un precio alrededor de los 44 mil pesos.
¿Qué hacemos los funerarios para facilitar esta necesidad?
Si morir es un acto de la naturaleza y para los que son creyentes es un acto de dios, un ciclo de la vida, nacemos, crecemos, nos reproducimos y por último morimos, por tanto es necesario educarnos, ser partidario de una cultura de previsión.
Comprar un servicio funerario por anticipado nos brinda un considerable beneficio, sobre todo económico, el cual evitará que nuestros familiares realicen un desembolso inesperado o en su caso un posible endeudamiento para aquellos que no cuenten con los recursos necesarios para costear los gastos de un funeral. La pregunta es ¿Le estamos comunicando estos beneficios al cliente?, o ¿Estamos promoviendo una cultura de previsión dentro de nuestra empresa?.