Embalsamamiento de cuerpos fallecidos por electrocución
La electrocución es una muerte violenta de alta mortalidad que genera daños tisulares muy severos. La corriente produce lesiones térmicas, mecánicas y químicas simultáneas (scielo.isciii.es). Desde el punto de vista tanatológico, estos cuerpos pueden presentar paro cardíaco por fibrilación ventricular (parada súbita) (scielo.isciii.es), con el cadáver pálido o cianótico según el cuadro respiratorio. La descarga eléctrica induce una contracción muscular intensa: el cuerpo puede quedar rígido instantáneamente en la posición de la descarga (espasmo cadavérico) y seguidamente la rigidez cadavérica aparece de forma muy precoz e intensa (scielo.isciii.es). Estos fenómenos (contracción agónica y rigor extremo) complican la manipulación del cadáver, por lo que el embalsamador debe emplear procedimientos especializados para restaurar y conservar adecuadamente los tejidos.
Signos visibles y fisiopatológicos comunes
- Quemaduras de entrada y salida: En la piel se observan quemaduras eléctricas en los puntos de contacto con la fuente (extremidades u otras áreas expuestas) y en el punto de fuga de la corriente. Pueden ser de 1°, 2° o 3° grado, produciendo destrucción profunda de piel y músculo (scielo.isciii.es). A menudo se forman ampollas y hay desprendimiento de la epidermis alrededor de las quemaduras (zona necrosada) (scielo.isciii.es). Aparece la marca eléctrica característica de Jenilek: una quemadura incisa blanquecina-amarillenta que refleja la forma del conductor, sin signos inflamatorios (scielo.isciii.es).
- Metalizaciones y partículas: El calor extremo puede fundir y vaporizar material metálico (por ejemplo, del cable o conductor). Esto deja microimpregnaciones de metales en la piel (metalizaciones) o pequeñas escorias dispersas (scielo.isciii.es), visibles como depósitos pardos o plateados sobre la superficie.
- Espasmo muscular: La corriente provoca contracciones musculares súbitas y sostenidas. Tras la muerte se puede apreciar un espasmo cadavérico focal (endurecimiento instantáneo de ciertos músculos, por ejemplo manos o antebrazos). Este fenómeno fija la postura en el momento de la descarga. A continuación se instaura rigor mortis de manera precóz e intensa (scielo.isciii.es).
- Rigidez cadavérica extrema: Asociada a las contracciones previas, la rigidez se desarrolla muy rápidamente. La literatura forense señala que la electrocución origina “una rigidez precoz, intensa y larga” (scielo.isciii.es), superior a la de muertes naturales.
- Edema y congestión interna: El paro cardíaco brusco provoca congestión vascular. Es típico el edema pulmonar congestivo (pulmones sobreinflados y pesados con líquido) (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). También se observa edema generalizado en tejidos blandos (piel y órganos) tras la descarga.
Consideraciones previas al embalsamamiento
Antes de inyectar el cadáver, el embalsamador debe evaluar el estado tisular y vascular. Los tejidos carbonizados o muy desecados suelen ser frágiles y poco permeables; puede ser necesario rehidratarlos con soluciones salinas. Se comprueba la integridad de los vasos sanguíneos: las arterias próximas a las quemaduras pueden estar coaguladas o destruidas, por lo que se deben escoger rutas alternativas (p. ej. inyectar por femoral en lugar de carotídea si el cuello está quemado). Se inspeccionan cavidades torácica y abdominal para planificar la aspiración, identificando posible putrefacción acelerada en áreas necróticas. Finalmente, se decide el tipo de velación (abierta, parcial o cerrada) de acuerdo con el daño visible: si el rostro u otras partes son irreparables, se optará por urna cerrada; si solo hay lesiones limitadas, se podrá presentar al difunto después de la reconstrucción estética.
Técnicas recomendadas
- Uso de fluido arterial de alto índice: Se debe emplear una solución arterial concentrada (índice alto de formaldehído). El alto contenido químico asegura mejor preservación en tejidos muy dañados (piel carbonizada, músculos necróticos) y combate la putrefacción interna.
- Inyecciones hipodérmicas localizadas: Conviene aplicar inyecciones hipodérmicas de preservadores en áreas críticas que el arterial no recorra bien (manos, pies, cuello quemado, regiones con edema). Esto garantiza la distribución completa de los productos químicos en todo el cuerpo.
- Aspiración profunda de cavidades: Debido al edema pulmonar y posible acumulación de fluidos, es fundamental aspirar con trocar el tórax y abdomen de forma exhaustiva. Se elimina líquido pulmonar y contenido gástrico que pudieran estar en descomposición, evitando tensiones internas y facilitando la fijación de órganos.
- Reconstrucción estética post mortem: Se emplean algodones quirúrgicos, gasas y ceras médicas para reconstruir contornos perdidos y rellenar cavidades (p. ej. en manos o cara quemadas). Se fijan los bordes de piel desprendida con adhesivos especiales o suturas finas. Después se aplica maquillaje correctivo y camuflaje cromático para devolver un aspecto natural.
- Velación abierta, parcial o cerrada: Según el resultado anterior, se decide el tipo de ceremonia. Si el daño es muy severo, se suele optar por vela cerrada o parcial. En velación parcial, se puede exhibir el cuerpo con cuidado (por ejemplo, rostro cubierto) protegiendo las áreas reconstruidas con gasas.
Los fluidos de embalsamamiento de alto índice (rico en formaldehído) son clave para conservar tejidos severamente dañados. Estos químicos penetran profundamente en áreas carbonizadas, permitiendo una preservación completa del cadáver. En casos de electrocución, el uso de estos fluidos concentrados compensa la destrucción tisular y asegura la desinfección interna. (scielo.isciii.es)
Conclusión
El trabajo del embalsamador en muertes por electrocución es técnicamente exigente y éticamente relevante. No solo implica preservar tejidos alterados, sino restaurar la dignidad del fallecido. Al reconstruir estéticamente el cuerpo y controlar la descomposición, el profesional permite que la familia tenga una despedida serena.
Para ello la capacitación es esencial: certificaciones especializadas (como el programa de Técnico Embalsamador) buscan «preparar profesionales altamente capacitados en las técnicas esenciales del embalsamamiento» y garantizar un servicio ético y digno (ieen.edu.mx). En definitiva, el dominio riguroso de estas técnicas avanzadas permite al tanatopractor devolver la apariencia natural al difunto, ofreciendo consuelo y respeto en medio de una muerte traumática.
Fuentes
- scielo.isciii.es
- pmc.ncbi.nlm.nih.gov
- ieen.edu.mx







