- ¡No llores tanto, no lo dejas descansar en paz!…
- Si mis familiares me ven llorar así los voy a hacer sufrir más…
- Bueno, por lo menos ya tienes un ángel en el cielo…
- Siempre me acompañará el dolor de esta pérdida…
- Dios me castigó quitándome a quien más amaba…
¿Te han dicho, has dicho o te has dicho a ti mismo este tipo de cosas? ¿Verdad que sí? Suele suceder…pero permíteme explicarte:
La muerte nos genera tal impacto que nos lleva a la crisis, a la tristeza profunda y a la confusión. Has perdido un ser querido y ¿te has sentido pasmado, “deprimido”, desorientado, agotado, enfermo, incrédulo, desconcentrado, distraído, abatido y extrañado del mundo que te rodea? Tranquilo, esto es totalmente NORMAL y NATURAL, puesto que hace parte de un proceso llamado DUELO, y el duelo DUELE.
Es por ello, que te voy a brindar 5 herramientas que te ayudarán a sanar tu corazón.
1)Llorar es necesario y liberador:
La tristeza es uno de los sentimientos más comunes en estos procesos de tanto dolor. Por ello, es necesario aprender a expresar. Sacar la tristeza de nuestro corazón es clave para gestionar las emociones y así comenzar a elaborar nuestro duelo.
Siempre habrá alguien para conversar sobre tus desconsuelos y con quien puedas liberar tus abatimientos a través del llanto.
Al tener pensamientos como “¡No llores tanto, no lo dejas descansar en paz!” lo único que vamos a lograr es bloquear, retener y poner más peso al dolor que ya estamos cargando. Cuando reprimimos el llanto quedamos propensos a somatizar, contrayendo enfermedades de todo tipo, sobre todo cardiovasculares y gastrointestinales. Esto debido a la relación directa y bilateral entre el Sistema Nervioso Central con nuestro sistema digestivo y circulatorio.
2)Compartir nuestro dolor ccon nuestros seres queridos nos ayudará a unirnos como familia:
No tengas miedo de llorar frente a tus familiares. Nada malo va a pasar, al contrario, el apoyo y el consuelo mutuo es necesario. No somos de roca, no es útil mentir y fingir para vernos más fuertes ante los demás. Sufrimos más cuando vivimos el duelo en soledad.
También quisiera decirte que es muy importante guardar la calma frente a todos los síntomas y sensaciones que podemos experimentar ante la pérdida de un ser querido. Uno de esos síntomas emocionales es la tristeza profunda, lo cual no significa que tengamos depresión clínica y/o que terminaremos en un psiquiátrico; pero nos hace saber que necesitamos del afecto de los demás.
Así que únete con tus familiares, desahoguen sus penas juntos… vas a ver que sanador es.
3. Cuando vayamos a dar un sentido pésame es muy útil saber que hay cosas que no se dicen porque lastiman:
Recordemos algunas frases comunes: Por lo menos ya tienes un ángel en el cielo. ¿Por qué lloras tanto? Buenos días. Que tengas una bonita tarde. Lo siento mucho…
Son frases muy sonadas ¿verdad?, lo que podemos aprender es que, aunque no tengamos malas intenciones, siempre habrá una manera más prudente de manifestar nuestro afecto y solidaridad.
Si no sabemos que decir es mejor dar un abrazo, acompañar en silencio y escuchar con el corazón.
4. Si buscamos ayuda, nuestro dolor algún día podrá trascender y transformarse:
He escuchado a muchas personas decir: ¡Esto me dolerá toda la vida! ¡Nunca lo superaré! Son personas que incluso llevan años de duelo y no se han dado cuenta que siguen con el dolor vivo porque no han elaborado el duelo.
El dolor no dura para siempre, pero perdura tanto como queramos. Ciertamente nunca olvidaremos; pero la elaboración del duelo es como la vivencia del perdón: No olvidamos, pero perdonamos y cuando hablamos del tema ya no duele, ya no nos dá tristeza, ni enojo, ni miedo. Lo mismo con la elaboración del duelo, no olvidamos a nuestros seres amados, pero elaboramos, y entonces es allí cuando los recordamos, pero ya no duele, ya no nos da tristeza, ni hay culpa, ni existen los miedos.
Con la ayuda profesional podremos reorganizarnos y nuevamente ver la vida con esperanza.
5. Si eres creyente, es momento de agarrarte del Dios verdadero, aquel que te ama incondicional e infinitamente, aquel que no castiga, sino que sufre contigo. Deja que Él te saque poco a poco del abismo del dolor. Si no eres creyente, es momento de darte el chance para buscar y conocer al Dios que en su esencia es amor.
Un día escuché a un hombre decir: Sentir miedo es natural, puesto que somos seres emocionales, pero tener miedo es abrazarlo para que finalmente tome espacio y poder en nuestros corazones.
No tengas miedo, ¡Dios nunca te soltará!
¡No estás solo!