El pasado mes de agosto, José Antonio Mathiu Faure, presidente de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Gasto público del municipio de Tampico, anunció que ante el rezago por parte de los concesionarios de tumbas del cementerio municipal, en el pago anual de las cuotas de mantenimiento, el Cabildo autorizó con plazo de del 30 de septiembre, hacer un descuento del 50% de los adeudos por ese concepto para el año 2015 y anteriores.
Se trata de una estrategia de “borrón y cuenta nueva” para reducir el problema crónico de falta de recursos para cubrir los gastos que genera el servicio público de los panteones.
Según el art 31 de la Ley de Ingresos municipales, la prestación del servicio público de panteones fija una cuota anual de 5 a 7 salarios mínimos.
Los panteones tanto públicos como privados requieren mantenimiento continuo para que garantizar la eficiencia y seguridad en la prestación de los servicios para los que están destinados. Aunque los panteones municipales o civiles, estén clasificados como un servicio público a cargo del gobierno local, tienen un costo que debe cubrirse por la ciudadanía a través de los impuestos y del pago de servicios.
Los materiales, equipo y trabajo para mantener, reparar y ampliar la infraestructura de fosas, tumbas, criptas, osarios para el depósito de restos humanos áridos; capillas para actos religiosos de los usuarios, calles, andadores, señalamientos, áreas verdes, redes de agua, drenaje y alumbrado, son costosos; pero indispensables para evitar accidentes a quienes acudan a inhumar a sus seres queridos y para dar confort a sus acompañantes y visitantes.
Por otra parte, al ser los panteones un lugar donde existen riesgos sanitarios, se requiere realizar labores de limpieza permanentes ordinarias y especiales en ocasión de las ceremonias de inhumación, de celebraciones como la de muertos y de los días de fin de semana en que hay mayor afluencia de los deudos.
Así, por ejemplo ante los numerosos recipientes fijos y temporales de flores, que son depósitos de agua y criaderos potenciales de mosquitos transmisores de enfermedades como encefalitis, dengue, chikungunya y zika, las autoridades municipales y de salud pública exigen que en los cementerios se realicen operativos de eliminación y control de vectores mediante, chapoleo de malezas, descacharrización, abatización, nebulización y educación sanitaria a los usuarios.
Todo lo anterior hace un muy importante volumen de gastos, que solo en pequeña parte pueden ser cubiertos por las cuotas de mantenimiento.
Por lo tanto la cultura del no pago, la crisis económica familiar y la falta de estrategias efectivas de los municipios para hacerse de recursos financiaros para cubrir los gastos que implica mantener en buenas condiciones un cementerio, constituyen un reto para todos los gobiernos municipales en México. ¿Qué estaremos esperando los mexicanos para afrontar y resolver de raíz la crisis de espacio y costos de los panteones que dan servicio público? ¿Usted qué propone?