Está demás decir que nos encontramos en una pandemia por el virus que, seguramente y sin duda alguna, se conoce hasta el cansancio. Claramente el sector médico es aquel al que se encuentra mayormente expuesto, pues su labor incansable y titánica ha cobrado miles de muertes a los miembros del gremio debido al contagio de este virus, pues su exposición con pacientes contagiados es constante y muy alta.
Las buenas noticias que han llenado las redes sociales y medios de comunicación sobre la vacuna que, como dato extra, fue una de las vacunas más rápidas jamás generadas, tomándole tan sólo unos meses y donde la tasa de espera/desarrollo típico de la vacuna más rápida era alrededor de 5 años, han dado un ligero alivio y una esperanza para este sector que ha sido duramente golpeado, en el que se ha dado prioridad para recibirla.
Pero, ¿Dónde queda el sector funerario?
Esto es un tema que poco se trata, ya que se tiene noción de que el virus aún sigue vivo en un cuerpo sin vida, en el que existen casos de contagios de una persona muerta a una persona viva, donde el virus se incuba de la misma forma a como si fuese de una persona viva.
El encubrimiento de cifras de muertes por COVID-19, siendo neumonías atípicas entre otras causas de decesos, ha llevado al sector forense y, primordialmente al funerario, a extremar cuidados biológicos en su labor diaria.
Los embalsamadores que día a día reciben cientos de cuerpos para ser embalsamados, aún con COVID-19, deben de ser prioridad también para la aplicación de vacuna. Si usted profesa este oficio, dará la razón al mencionar que si se están embalsamando cuerpos infectados por el virus, por lo que se debería de priorizar al sector funerario en cuanto a la aplicación de la vacuna.
Oficialmente y los medios de comunicación mencionan que todos los cuerpos que han sido víctimas del virus, serán cremados, sin derecho a velación ni entierro; pero, ¿Acaso se han percatado de las funerarias? ¿No se dan cuenta que existe un foco de infección impresionantemente alto al estar resguardando cadáveres en lista de espera para ser cremados? ¿Qué hay cadáveres que sí son embalsamados y que al menos, en muchas funerarias, no se llevan a cabo los protocolos de seguridad adecuados?
La falta de regularización sanitaria, falta de capacitación y falta de recurso, que en muchas ocasiones eso es lo que imposibilita seguir las reglas al pie de la letra, hace que este tipo de problemas surjan a raíz de las miles de muertes por contagios con el virus SarsCov-2.
Una perspectiva personal, colegas míos del sector funerario han sido infectados. Esto no ha sido por imprudencia o que haya sido su culpa, sino esto deviene de la falta de capacidad de manejo de las autoridades sanitarias y gubernamentales ante el colapso de manejo de cadáveres en este estado. Esa amistad desafortunadamente llevó el virus (sin saberlo) a su familia, donde tuvo decesos. ¿Se pudo haber evitado? Por supuesto. ¿Un claro ejemplo del mal manejo de la pandemia por parte del gobierno?. Pero claro, ¿Seguirá este problema? Al menos por un par de años más, estoy más que seguro.
No queda más que extender condolencias y externar la más alta consideración a los colegas que se desarrollan en el ámbito médico, forense y funerario, que día a día están expuestos a peligros inminentes de contagio. Esto debe reconocerse y aplaudirse, porque no cualquier sujeto se atrevería a realizar esas labores que implican ese peligro biológico magnánimo.