Desde hace muchos años, la tendencia en distintas actividades humanas ha sido optar por tomar alternativas ecológicas para cambiar la forma de hacer las cosas. En este espacio, se ha hablado de los funerales verdes para aminorar el impacto ecológico del sector funerario.
Nuevamente queremos retomar el tema, debido a que han aparecido nuevas opciones y, sobre todo, nuevas situaciones que nos obligan a modernizarnos todavía más.
¿Cuáles han sido los efectos del cambio climático?
El cambio climático ya se ha cobrado vidas; eso es innegable. Tan solo en Japón, uno de los países más afectados por esta situación, ha llegado a haber más de 100 fallecidos en un año por golpes de calor, sin contar las víctimas por tifones cada vez más fuertes.
En México, la situación no es tan dramática, pero es igualmente alarmante. Este 2022, en plena pandemia, estados como Nuevo León están padeciendo una fuerte sequía. Otros estados, como Tamaulipas, no están sufriendo en la misma medida, pero las advertencias para el buen y consciente uso del agua son constantes, debido a que varias presas se encuentran en niveles muy bajos de capacidad.
Las pérdidas materiales para la población no han sido bajas. En la década que concluyó en 2019, las pérdidas materiales alcanzaron los tres billones de dólares debido al impacto ecológico, según la aseguradora británica Aon Corporation. En los próximos 30 años, el PIB mundial podría perder hasta un 18 %, de acuerdo a Swiss Re, aseguradora con sede central en Zurich.
¿Qué deben hacer las funerarias?
Las agencias funerarias están evolucionando en varias maneras, en aras de apoyar a reducir los efectos del cambio climático. Esto es digno de aplaudir, pero conviene hacer algunas consideraciones.
Por ejemplo, se considera que la acuamación es más benigna con el medio ambiente que la cremación, lo cual es cierto, pero viendo y considerando la época de sequía que estamos viviendo, y que será peor si no se hace algo al respecto lo más pronto posible, tal vez no pasará mucho tiempo para que las autoridades prohíban o limiten esta práctica.
El entierro de cadáveres, no en tumbas, sino en espacios con flores o árboles ha sido otra alternativa. El compostaje ha sido una de las formas usadas para lograr esto, pero debemos recordar, nuevamente, el tema de la falta del agua; estos parques o jardines deben hacerse tomando en cuenta distintas variantes, como la vegetación propia de un lugar y el tipo de compostaje que necesitan, así como la cantidad de agua que se ocupa para mantenerlos.
Como se puede apreciar, para combatir el cambio climático no basta con usar alternativas que en el corto plazo sean útiles; hay que considerar sus implicaciones dentro de varios años o décadas, a fin de que las nuevas generaciones lleguen a tener un mundo sano y habitable.