No aprendo todavía a vivir sin ti, me cuesta mucho. Me dicen que debo expresar lo que siento, la tristeza profunda, tu ausencia, ¿Cómo hacerlo si era contigo con quien me sentía en comodidad de hablar, de llorar, de sentir?
Me dicen que, me permita amar y recibir amor. ¿Cómo? Si el amor más grande lo he recibido de ti.
Me hablan de que el duelo es un hecho normal, que viene cargado de emociones, que es como una montaña rusa, que además lleva tiempo, creo que nunca voy a salir de allí, me haces mucha falta, no puedo creer que ya no estés conmigo.
¿Qué el enojo es normal? ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? ¿Cómo no traer enojo si las cosas no salieron de acuerdo con mis expectativas?
Me hablan de la negociación, que es parte del duelo como una etapa donde se da una tregua temporal. Si tan solo estuvieras conmigo.
Me dicen que mueva mi atención al presente, en el aquí y en el ahora, ¿Cómo puedo si traigo puesta la profunda tristeza por donde quiera que vaya?
Dame tiempo, prometo que algún día voy a llegar a aceptar la realidad, tengo que aprender a vivir sin ti. Quiero ser tu mejor versión, jamás podré alcanzarte.
Me he de comprometer a trabajar en mi y con mi ejemplo apoyar a mamá, abuelos, hermanos. Vamos pues con el sentir, permitirme expresar lo que traigo cargando, dejarme amar por otros y amarme, cuidarme, buscar maneras de seguir la vida de la mejor manera posible. Llegaré a comprender, aceptando lo que ha sucedido, identificando lo que es, sanando, adaptándome a la vida sin ti y reubicándote en mi corazón. He de trascender, desde el crecimiento de mi propio ser, pondré lo aprendido al servicio de otros, fortaleceré mi fe, y con toda certeza llegará el día en que veré lo que me ha quedado de todo este camino por el sendero del dolor. Sé que sigues conmigo, aquí en mi corazón.
Me dicen que celebre el día del padre, si que lo haré por ti, porque ahora sé que es a mi a quien va a servir recordarte desde este inmenso amor que me brindas. Gracias papá… por siempre!